DE LA MIRADA DE LA ESCASEZ A LA DE LA ABUNDANCIA


     A fuerza de creer en la ilusión de la escasez hemos generado una sociedad pobre en su mirada y como consecuencia en su vivir. Los ricos retienen sus bienes o los invierten en proyectos competitivos y los pobres identifican su riqueza sólo con su dinero. Todo esto hace que vivamos en estado de necesidad en vez de disfrutar de la abundancia.
     Si nos situásemos en una nave espacial y contemplásemos la Tierra desde el espacio, no veríamos en tan bello planeta ninguna escasez. Si miramos al brillo de los ojos de un niño tampoco encontraremos escasez en ellos. La pobreza está en  nuestra forma de pensar y actuar, por eso no es necesario esperar a que los poderosos- otra mirada de escasez- cambien el mundo, tampoco es necesario batallar contra ellos, ya que han acumulado poder porque siente esa  misma pobreza en sus mente;  las revoluciones sociales han sido siempre  la lucha de un tipo de pobreza contra otro.

Un loco, desde la mirada de la escasez,
un sabio desde la de la abundancia

    La competitividad – superar al otro- es fruto de pensar desde las limitaciones, desde la escasez, de ver al otro como alguien que te quita bienestar, de sentir la vida como una batalla … en definitiva, de vernos más pequeños de lo que somos. Esta mirada es la auténtica raíz de las crisis que habitamos, por eso, sentir la abundancia en nuestro interior y en la naturaleza que nos rodea es la clave para pasar de la humanidad, que se vive gusano, a la humanidad que se descubre mariposa.
    Aprender a compartir desde la abundancia y no desde la escasez nos hará a todos ricos. Algunos podrían pensar que tienen poco por compartir, pero no se trata sólo de bienes materiales. Sentirnos abundantes nos pone en contacto con la mayor fuente de riqueza, a salvo de cualquier crisis, nuestro corazón. Desde él tenemos acceso a la sabiduría, a la creatividad, al don de sentirnos únicos para compartirlo con los demás.
    Desde la mirada del corazón las oportunidades nacen ante nuestros ojos sorprendiendo a nuestra mente, invitándola a confiar y a disfrutar de la aventura de la vida. Esta mirada te hace sentir en tu verdadero hogar y te invita a vivir desde la confianza.
    ¿Qué te parece, después de estas palabras, visitar un mercadillo en el que todo es gratis… en el que competir no tiene ningún sentido … en el que nadie puede ser ladrón…? No es una ficción, es una realidad. Mentes abiertas a la abundancia del corazón, crean realidades abundantes. Entra y toma lo que quieras:



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